La prensa del corazón nació en España en el año 1901 cuando se dió a conocer la boda entre Carlos de Borbón, hijo de un carlista pretendiente a la corona de España, y María de las Mercedes, hermana mayor del Rey Alfonso XIII. Este matrimonio fue muy polémico, ya que la mayoría de la prensa no vio con muy buenos ojos el enlace entre una liberal y un carlista.
A partir de ese momento la gente se empezó a interesar por la vida privada de las personas conocidas públicamente.
A pesar de que sus comienzos fueron en los periódicos, la prensa del corazón ha llegado a la radio, las revistas y la televisión.
Hay numerosas revistas en todo el mundo que dedican cada una de sus páginas a hablar de la vida privada de los famosos, de qué hacen, a dónde van, qué compran y qué dejan de comprar.
Aunque pensándolo fríamente parezca absurdo leer las revistas de cotilleo, es algo que a la gente gusta y entretiene, y como ya se sabe, las revistas son empresas, y lo único que pretenden es ganar cuanto mas dinero mejor, así que llenan sus páginas con artículos alusivos a la privacidad de las personas públicas
En muchos de los casos desembolsan grandes cantidades de dinero al personaje en cuestión, por hacerle entrevistas en “exclusiva” o por ser los primeros en contar hechos importantes de su vida, tales como bodas, bautizos… además de pactar reportajes fotográficos que en muchos casos le dan un aspecto de casual, o “robado”.
Lo mismo ocurre en la televisión con los denominados “programas del corazón”, unos mas respetuosos y otros menos, pero en todos tratan de lo mismo.
En ocasiones acuden personajes públicos a los platós, se sientan y se exponen ante las cámaras y el publico para responder a las preguntas sobre su vida, que le realizan una serie de periodistas, habiendo firmado anteriormente un contrato, en el que la mayoría de las veces cobran por ello.
En otros casos son los propios periodistas o comunicadores los que hablan, comentan o critican determinados actos de los personajes.
A algunos les gusta que hablen de ellos, pero para otros resulta muy molesto, mas aun les incomoda el hecho de que les esperen a las puertas de sus casas una serie de reporteros o que incluso les persigan, para así poderles preguntar cosas de su intimidad.
A pesar de que soy consumidora de este tipo de programas, no estoy nada de acuerdo con las intromisiones excesivas en la vida de algunos personajes, ni con el hecho de que anden todo el día detrás de ellos con una cámara y un micro.
A partir de ese momento la gente se empezó a interesar por la vida privada de las personas conocidas públicamente.
A pesar de que sus comienzos fueron en los periódicos, la prensa del corazón ha llegado a la radio, las revistas y la televisión.
Hay numerosas revistas en todo el mundo que dedican cada una de sus páginas a hablar de la vida privada de los famosos, de qué hacen, a dónde van, qué compran y qué dejan de comprar.
Aunque pensándolo fríamente parezca absurdo leer las revistas de cotilleo, es algo que a la gente gusta y entretiene, y como ya se sabe, las revistas son empresas, y lo único que pretenden es ganar cuanto mas dinero mejor, así que llenan sus páginas con artículos alusivos a la privacidad de las personas públicas
En muchos de los casos desembolsan grandes cantidades de dinero al personaje en cuestión, por hacerle entrevistas en “exclusiva” o por ser los primeros en contar hechos importantes de su vida, tales como bodas, bautizos… además de pactar reportajes fotográficos que en muchos casos le dan un aspecto de casual, o “robado”.
Lo mismo ocurre en la televisión con los denominados “programas del corazón”, unos mas respetuosos y otros menos, pero en todos tratan de lo mismo.
En ocasiones acuden personajes públicos a los platós, se sientan y se exponen ante las cámaras y el publico para responder a las preguntas sobre su vida, que le realizan una serie de periodistas, habiendo firmado anteriormente un contrato, en el que la mayoría de las veces cobran por ello.
En otros casos son los propios periodistas o comunicadores los que hablan, comentan o critican determinados actos de los personajes.
A algunos les gusta que hablen de ellos, pero para otros resulta muy molesto, mas aun les incomoda el hecho de que les esperen a las puertas de sus casas una serie de reporteros o que incluso les persigan, para así poderles preguntar cosas de su intimidad.
A pesar de que soy consumidora de este tipo de programas, no estoy nada de acuerdo con las intromisiones excesivas en la vida de algunos personajes, ni con el hecho de que anden todo el día detrás de ellos con una cámara y un micro.
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